29.4.09

Poema de Itzela Sosa


El costado

¿Por cuál costado de mi
habrá de descender la noche
que clama en los umbrales sus enigmas?

Es el costado el que me habla
es la costilla errante que devuelve
el púrpura que emerge de la bruma
es el costado siempre
el que sentencia profecías
el que no sabe a donde ir

Este costado
........ alarido de tigre
sediento cuchillo de obsidiana

Es el costado
en esta noche
aquí ... una vez más
... el que pregunta

© Itzela Sosa

Poema de Myrtha Milella



16 de mayo

En esta tarde de otoño
de apacible nostalgia
el sol invade rincones
y las estrellas esperan asomarse

En esta tarde de otoño
en que las cosas tienen presencia de alas
tu memoria me invade madre,
buscándote en mis ansias

En esta tarde de otoño
en que la casa huele a recuerdos
la mesa blanca espera
una puerta sin sentido

En esta tarde de otoño
busco en tu sereno cielo
un lugar que me cobije
en tanto transito el día
mojada de lágrimas y de tibios versos


© Myrtha Milella

Prosa de Yadi Henao


EL OLVIDADOR

Todos los días del infierno, el olvidador tenía los ojos llenos de caballos. Salían de los silencios de bocas encendidas con rimel en la pena y de los besos solitarios que eran todo lo que no podía decir, todo lo que no podía llorar.
Todos los días del cielo, el olvidador tenía los ojos llenos de nostalgia, como si un vals de fantasmas en blanco y negro dejara a su paso el color de la memoria. Nada clausuraba ese cortejo de palabras dormidas en medio de la tormenta. Nada, salvo la canción del animal más triste de la tierra y la luz de la mujer en el recuerdo olvidada. La más querida, la que no.


© Yadi Henao

28.4.09

Poema de Ana Silvia Mazía


DERROTA NO

Mujer quebrada, derrotada
sufriente...
.......... Sufro
.......... Sufro
.......... Sufro,
Oh, cómo sufro...
Ah, cuánto sufro...
¿Quién ríe ahí?
¿No ve que estoy aquí
....................... sufriendo?
Alguien canta.
........ ... ¡insensible!
Encima... ¡desafina!
Y ese olor a nardos
.......... a jazmines
.......... a café...
Insolencia de la vida
que no quiere dejarme en paz.
Este gusto a chocolate
.......... chocolate.
Esos ojos curiosos...
.......... ¿qué miran?
Esa voz que me provoca
..........que me incita
Ese camino perfumado
.......... entre los pinos.
Esas ganas
Esas ganas tercas
..........invencibles
..........invictas.
No hay caso:
..........tendré que vivir,
........................ NOMÁS...

© Ana Silvia Mazía

26.4.09

Poema de Mirta Sod


TE MANDO

La noche se devora a la mañana
y luego al resto.

Dragón que no descansa.

El hombre apuesta a otro día irrepetible
............ adentro
de los que ya conoce.

Sus pensamientos están enumerados,
se irán cayendo como naipes
de un juego inconcluso.

© Mirta Sod

Poema de Genoveva Arcaute


Disfraces

De todos los disfraces hoy elijo ninguno
marcas del afuera estrategia camaleón
birlo el ser de la piel.

Puro yo, espíritu o idea
fantasma que deambula
con su sábana de ayer
pena el deslizar ánima sin tacos
altos pies desnudos
de muerto que pasea.

Fuera alambres corsés,
elásticos que hieren
falsaria anatomía

Hoy no quiero ni pelo
-traje de mujer más refinado-
asustar con calva monda
cerebro a la vista
esponja de culpas.

Vestida para morgue
o para cirujano
(armar la secuencia, cuestión de relojes)
iré por las calles en mi transparencia
y nadie verá que me rescato
en la punta de las letras, ropita de papel.

© Genoveva Arcaute

Poema de Laura Yasan


gastos inútiles o mínimas estafas

si no fuera tan tarde
para quemar con sal los días innombrables
tan inútil romper en pedacitos
la foto permanente del instante después
podría simular ese estado del cuerpo
su tatuaje brillando como un sol de otra tierra
podría perdonarte
ir a buscar espinas en el fondo del mar
estrellas muertas en el cuarto de baño
podría recortar el infinito
pegarlo en la pared
y quedarme esperando que choquen los planetas

o marcar tu teléfono y contarte
cuánto pagué por esa miniatura
que se quebró de nada

© Laura Yasan

Poema de Leonor Silvestri



enfermedad de cheta

Ella
es asi
como nacida en paris pero
de fuerte apache
hermosa su piel de cuero
su tintura magirel
la que publicita
la chiqui legrand
está flaca
como la manija del carro que tira
juntando cartón
juntando billete
aun así ella no parece
de barrio norte palermo
hollywood belgrano r

altos llantos nena mía
para salir a carretear
piloteála azafata de ensueño pesadillas
copiloto oficiála del borde

© Leonor Silvestri

Poema de Marián Muíños



DIVAGACIONES EN LA PLAYA DE LA RÍA DE PONTEVEDRA

¿Qué escribirías en la arena?

Escribiría mis juegos para que no se pierdan.
Escribiría “piedra” para que permanezca.
Escibiría: “ola”,
para que su nombre aprendiera
esa palmada de espuma
que contra la orilla golpea.
Escribiría una vida nueva
para olvidar la que me marea.
Escribiría “barco”;
dibujaría su estela.
Pintaría dos nubes en un cielo que platea.
Escribiría “cometa” para que supieras
qué es, eso que flota con tu brisa fresca.

© MARIÁN MUIÑOS

Poema de Norma Fumero


penetrante aroma
cemento por costumbre húmeda
agobia la ciudad
y la ciudad me elige
para ser un habitante más
anónimo
de lujo
comprendo entonces
el balcón estrecho
azul lavanda

agobia la ciudad
y me acaricia
es la hora del cenit
círculos tibiamente amarillos
pálido naranja
busco una señal

© Norma Fumero

Poema de Raquel Luisa Tepich


Resurgir

Dejé tristezas y senderos inciertos.
La luz de la existencia arrulló mi ser,
aprendí a relegar el sufrimiento,
a agradecer el milagro
de estar viva cada día,
soñar y disfrutar el presente.
A valorar la inocencia y
perdonar la maldad de los humanos.
Las noches turbulentas
se convirtieron en bálsamo
cicatrizante y
lágrimas de desazón
en piedras y tu sonrisa
me transportó al paraíso.

©Raquel Luisa Tepich (Kellypocharaquel)

Poema de Juan Ricardo Sagardía


Yo que supe
darte mi corazón,
yo que supe
ser en ti
el ángel
que se perdió
en tu existir,
fueron
mis dos hemisferios
atrapados en tu ser,
y toda mi historia
la volviste nada...

© Juan Ricardo Sagardía

Poema de Marizel Estonllo


Chéjov

El tío Vania gime en Chéjov

Antes ha gritado .
Ya mucho antes ha gritado lo que supo ver

El mundo como la rueda de un carro
oxidada y rota
se había desprendido
echándose a rodar en su propia destrucción.

El canto herido de la gaviota en una playa desolada.


© Marizel Estonllo

Poema de Ricardo Venegas



Tiene que haber una manera
de escribir sin dejar tantos escombros,
tiene que haber una manera:


© Ricardo Venegas

25.4.09

Poema de Martha Goldín


esta mirada es mía
.......... no retornaré sin ella
no volveré a no ser
.............. en otra parte
arrastrando la herida
................ en tierra extraña
animal triste que se alimenta
............................ de recuerdos
esta mirada contempla el ojo de la tierra
.......................................... su propio ojo
dolor y muerte
........... invasión y muerte
esta mirada es mía y no cesa
................................ de mirar

© Martha Goldín

Poema de Rubén Derlis


auschwitz

un tiempo de demencia dejó duras señales
altas llamas de incendio que mordieron como ácido las antiguas
culturas
el calcinado hueso ario de los que se negaron a aprender de la
historia
la llaga abierta en la hora brutal
la cifra del horror en las muñecas

de ese entonces amargo de oscuro humo y opaca realidad
quedó para recuerdo vergonzoso del hombre la ceniza final de
los campos de auschwitz

porque allí cada mañana
cuando el frío mellaba los dientes enterrados
desgarraba alaridos contra filosas púas
rompía inviernos de escarcha y cruel acero
el alba veía nacer entre la niebla caída por la noche sobre las
alambradas
una espesa humareda que crecía sobrepasando todo límite
hasta invadir el territorio de la desesperación o la locura

la agonía se había arrojado sobre la multitud erizada de espanto
asfixiando la vida
cuanto quedaba eran cosas vacías
miles de anteojos ciegos
anónimos cabellos
uniformes sin nadie
todo deshabitado pero tibio aún
como la mano que rasgó las piedras que silenciaron el grito
último
desesperado
como la sangre que corría por las uñas.

© Rubén Derlis

Poemas breves de Esteban González



Los pájaros no son traidores.
Es el hombre el que equivoca la lectura de sus vuelos.


Si un pájaro canta, dibújalo.
Si sigue cantando, déjalo en libertad.



© Esteban González

Poema de Elena Eyheremendy


Viaje hacia el Oeste

.....Gracias a Dios todo pasa deprisa.
.....También el amor y la pena incluso;
.....¿Dónde están las lágrimas de anoche?
.....¿Dónde está la nieve del año pasado?
...................Bertolt Brecht

Si no te hubieras ido definitivamente,
hoy iría a verte otra vez.
Cae la noche;
pero el útlimo canto ya fue dicho.

Cae la noche hora silenciosa.
Pasó el amor.
Y toda su hermosura pasa como ahora.
Imposible fijarla.

Sin amarras, la noche se desliza
sobre blancos espacios.
Sin palabras, hoy simplemente asisto
al apacible viaje de la luz hacia el Oeste.

.................a la memoria del poeta Ignacio Beola

© Elena Eyheremendy

Poema de David Rosario Sorbille


UN LUGAR PRIVILEGIADO

La cosa es así,
porque en todas las mañanas
mis ojos buscan
nubes de ideas,
renglones andariegos
de palabras silvestres,
algunas altisonantes
pero simples,
como tejiendo aventuras
acompañadas de música
y breves estímulos
de profunda belleza,
como si estuviera danzando
en una alfombra mágica,
o recorriendo instantes
entrañables y perdidos,
en la memoria frágil
pero enhiesta,
de este viejo poeta
que sueña cada mañana,
en un lugar privilegiado.

© David Rosario Sorbille

Poema de Carlos Kuraiem



Matamos al pájaro
no por su carne
sino
para no ver más
................ su vuelo


© Carlos Kuraiem

Poema de Cristina Fernández



Una luna en creciente
desmayada y translúcida
sobre el azul sereno de la tarde.
El rumor incesante
del oleaje
que azota el risco oscuro
vuelve nácar la espuma
con su danza.
Una lenta gaviota
con su rizo acrobático
en un trazo fulgente blanconegro
recortando su sombra
en el paisaje.
.......... Una luna.
............. El mar.
................. Una gaviota
Me entretejo en su ritmo …
Y es un cósmico abrazo
este silencio.


© CRIS FERNÁNDEZ

Poema de Fernando Trejo



El ruido

..... …porque el anadrio es el color del alegría
..........y de la buena suerte…
.......................Otto Raúl González


Hay un lugar anadrio entre los dos
y me comparo árbol
para soltar ramaje

Este lugar anadrio del que hablo
existe detrás de la montaña

Vamos
(habla mi sonrisa turbia como el agua)
te invito a madrugar a gallos
comámonos a frutas mordeduras

Ese lugar del que te hablo
tiene un rojo corazón de arteria
Aquel que no me crea
puede caer centímetros abismos
y probar de la sangre hermana de la vida

Pero qué soles nos abrazan esta noche
el plato se derrite a quemarropa
y es la hoja de laurel la crepitante
Acepta
este lugar absorbe el ruido
Podremos silenciar sin mudas tonterías
podremos –en sordas conclusiones-
hablar de tus cien hijos

Y si el árbol nos permite
podremos emanar un ruido
en tardes infinitas
podremos construir un siglo
con nuevos lineamientos

© Fernando Trejo

Poema de David Rosales


Mandalas

Me levanto contradictorio;
gris silencio,
al rato ave desbordada,
sediento aguacero de marzo.

Guardo mi respiración
a un costado de la memoria
de la palabra ausencia.

Trazo mandalas
donde reposar mi sombra,
en el centro
perece tu recuerdo.

© David Rosales

24.4.09

Poema de Susana Rozas


Poema V

Innombrables
los ojos de la abuela
color de albahaca
llenaba puntillas;

tiñó la tarde
en que la esperamos

corriendo alrededor de polleras negras.

Estación repleta de mujeres

Y nosotros
riendo
confundiéndola.

No llegó esa noche.
regresamos
todas las semanas

el olvido confundió
la campanada de marcha

© Susana Rozas

Poema de Rubén Gómez


(qué ese capullo)

¿de qué?
¿acaso del propio fuego
del ardor y el celo?
¿de qué?
¿de dónde viene
su perfume que quema y marea
con su propia voz?
ay ese capullo encendido
brasa en la arena
y los vidrios entonces
rompiendo la luz
quebrando la sal
burlando a la luna
¿de qué ese capullo?

© Rubén Gómez

Poema de Natalia Molina


y no dejo de quererte
aunque sostenga que la histeria
no hace historia
aunque sea tarde
y desvaríe en contradicciones
vuelvo a inventarme para vos
vuelvo a cometer ese error


© Natalia Molina

Poema de Nora Alicia Perusin



UNA MUJER EN EL CASERON

una mujer ata los postigos
cuidadosamente alberga un gato y le da de comer
A ésta hora es difícil hallar a alguien,
pero esa mujer cobija animales
oculta tras las puertas del caserón
goza con el olor de los baldíos
Espía.
No habla con nadie.

© Nora Alicia Perusin

Prosa de Piero de Vicari



porque la poesía es una inmensa vagina celestial, una prostituta cuida de sus dones y yo que me masturbo cuando no la veo…


© Piero De Vicari

Poema de Silvia Manzini


un lenguaje de muertos
en la memoria de la lluvia

..........................ya no estarás ahí
..........................son del abismo

© Silvia Manzini

Poema de Xenia Mora


MIS OJOS EN TU ROSTRO

Dibujan mis ojos tu rostro
en la última luz de la tarde.
Voy con los pies descalzos
sangrando esquirlas de congoja.

Oigo un murmullo de duda
desde el pedregal del río,
añoro la caricia de los sauces
vastedad de tus manos puras.

Humedece el jazmín de mis versos
sin poder encontrar tu huella.
Un tristísimo presagio espanta
y estremece mis latidos.

Solaz de mi vida
en tu arbolar acúname ,
que soy hoja a la deriva
anhelando tu sosiego
y torna pronto
a la ribera de mi espalda
que está tiritando ausencia.

© Xenia Mora Rucabado

Prosa de Viviana Pelle


Desamor

Ya no te necesito, no necesito tu desconfianza, tu desamor aún regalándome una rosa del camino. No necesito nada de vos. Ya ni tu presencia, ni nada necesito. Hoy es el vacío que me invade en estos días oscuros de tardes sin color y sin amores a la vista, y sin amor de ninguna clase. Hoy, recién hoy llego a saberlo, a sentirlo. Sentir el desamor es el precipicio, la nada, la pena que deja de ser pena ahora es solo vacío. Caminar por el vacío hacia el vacío. Así son mis días hoy, de anhelo de nada. No es que quiera o no quiera, no hay esperanza o pensamiento de esperanza ni de nada. Se ha muerto el pensamiento también en mí. No sé cuando será el día en que vuelva a esperar salir el sol o tener alguna gota de rocío de ilusión. Ese día está ahora ausente. De pronto me olvidé del amor que me daban, porque me dí cuenta que no era amor verdadero. Entonces mis letras son grises, al igual que mi paso que va caminando hacia la nada porque nada hay en mi corazón que lo aliente. Cuando la esperanza, el corazón y la mente mueren ya no queda nada y tal vez todo consista en esperar. mientras, en esta soledad que hoy veo como eterna. Eterna soledad que no olvida lo que hiere y que murió de dolor de desamor.

© Viviana F. Pelle

Poema de Sergio Borao Llop


MIRAR EL MAR

Mirar el mar
al este el norte el sur
pintarlo en el oeste con el fuego
verdoso de las tardes otoñales

Ver el mar devorando a sus crepúsculos
escuchar sus latidos cada noche
sus canciones de espuma y marejada
memoria de otras noches y otros mares

Pintar el mar sumirse en él desembocarse
ebrios de mar amarse desbocarse
Mirar el mar de mar emborracharse
ser orilla y temblor y acantilado
caer caer caer entre las olas
mirar del mar el mar inolvidable
y no poder cruzarlo para verte...

© Sergio Borao Llop

Poema de Cristina Pizarro



EL MAGO GUARECE MI PARTIDA

.............A Ana Larrasquechóo

Amarrada a un cadalso
una llama en cruz
consume mi cuerpo
sempiterno.

Aquellos ojos inaccesibles
giran alrededor de las estrellas.
Iluminan las aguas tempestuosas.

La luna enramada
forja una cítara.

Oigo a un músico de mirada turbia
tañer sus cuerdas.

Yo estoy oculta en el cuerno blanco de metal.
Y desde ese hueco quebradizo
se desovilla un cántico.

Merodea una antorcha alada
por el bosque perplejo
y presagia la cita de un monje
ataviado
con un sayo color azafrán.

Como una ondina
irascible
bordeo la orilla mancillada.
Sobre esas aguas negras
se refleja el arco iris augural.

Obnubilada en un blasón desierto,
Mi alma se ufana.
Y me abrazo a Dios.

© Cristina Pizarro

23.4.09

Poema de Jorge Boccanera



BESOS

La vida no es
la cara ni el llanto de la cara
ni la mano ni el golpe de la mano en la cara
ni el viaje de la mano ni la estéril huida de la
........... cara
es el hilo de sangre que sale de tu boca.

© Jorge Boccanera

Poema de Norma Padra


PÉTALOS

Hoy de las tumbas despiertan los ángeles
escucharon tu corazón sufriente
van hacia vos, colmados de perfumes
y música celestial.
Llevan en el cesto, pétalos de lirio,
salvia y nácar
a ese lugar extraño de la memoria
donde no existe el vacío.

© Norma Padra

Poema de Ricardo Rubio


NACER ES MORIR

El tiempo se seca en el cielo
y no repara en las muertes de nuestro almuerzo.
Esta ceguera es el lugar más inseguro del espejo
y nuestra carne, propicia para el deseo,
se fuga hacia el sueño
buscando un cementerio para el alma.
Mis ojos se cierran al siniestro,
el fin del siglo saca punta a la vejez.
La necesidad de invadir hasta el lamento
es color ausente en la quietud del mediodía.
Este amor de agua que me ahoga,
inobservado por el tiempo,
desprestigiado, loco,
es un reloj descontrolado
en las colgantes ramas de un sauce,
en la inocente agresión de un poniente rojo,
en el minúsculo grito que precede al dolor.
El llanto que riega mis mejillas
espera que la tarde se alce,
y cante.

© Ricardo Rubio

Poema de Patricia Ortiz


...............De la serie Rafal Olbinski

Quedaste anclado en otro jardín
entre una remembranza de violetas.
Crece la voracidad de la tormenta
sobre una verdad anunciada,
mientras sostenés estoico
el peso del amor cuando te invoco.
Pongámonos alas:
-huelgan las promesas-

© Patricia Ortiz
Foto enviada por la autora

Poema de Molly Bic


ARTE POETICA

La poesía es piel
su interior, emerge.
Hace fuerza el adentro
y su vuelo,
me transmuda con sus alas.
Me levanta, me seduce.
Me quiebra entre sus redes,
se abalanza,
me cobija en su vientre
y me acaricia.
La armo, la desarmo.
La protejo de las palabras vanas.
La sustento
y en la expresión concisa,
la elijo.
La apretujo, la sumerjo.
La sorprendo en mi esencia,
la imagino
y la busco entre los vientos,
en aromas, en nostalgia,
en la tierra que humedece sus entrañas
y en el último peñasco de mi cuerpo
Su sentir - libre llanura -
se alimenta en el pezón de mi alma,
y la abrazo.
La abrazo fuerte
fuerte
sin soltarla.

© Molly Bic

Poema de Aldo Novelli


Abeja Reina
Poemario en permanente elaboración dedicado a ella


9

te vi
en el resplandor de la llama

abandoné mis armas de cazador

arrojé la navaja al fuego
dejé la espada en tierra
me quité la camisa

miré hacia arriba
un cielo negro perforado de estrellas
nos protegía

me acerqué a vos
enlacé mi cuerpo al tuyo
"sos más bella que mi fantasía"
y me hundí en tu origen

"voy a danzar dentro tuyo
hasta que caigan las estrellas
una a una"

cazador devenido en animal salvaje
te poseo con fervor y pavor
mientras trago del aire un sol tras otro

un rayo blanco
nacido en mi raíz de hombre
me atraviesa el cuerpo
y te inunda sin tiempo

tu cuerpo resplandece
vibrás
vibro
vibramos

tus ojos húmedos apenas temblorosos
me traspasan
y me calcinan la sangre

después
"amanecimos
anudados por siempre"
a las puertas de la eternidad.

© Aldo Novelli

Poema de Cecilia Ortiz


Futuro

si te devasto
.......... caminaré tu desierto
..........apenas termine este paso

si te siembro
..........serán
..........buenas o malas cosechas

pero estaremos juntos
..........en la espera

© Cecilia Ortiz

Poema de Alfredo Lemon


ROCÍO

La leche de la luna moja los párpados del día.
Sólo soy un pastor, un penitente solitario.
La leche de la luna moja los párpados del día.
Ven, yo soy tú misma.

© Alfredo Lemon

22.4.09

Poema de Fernando Sánchez Zinny



Poemas de amor 1)

Te digo que eres más que el azul prometido,
eres el mundo de mis pasos, bella
fragilidad expuesta sobre un altar de sueño

Cuando el reloj se nubla de vacío
y todo el contorno es temor y desconsuelo,
sólo tu rostro alumbra el cenit de las quejas.

He soñado esos hombros bajo una lluvia suave,
perseguidos por besos y asolados por encomios,
frente al mundo infinito del que no sabes nada,

Llantos que no has llorado, vaga crueldad inane
que por tus ojos viene a ensombrecer los míos:
casi tormento, casi la muerte, casi letanía.

En países que ignoras y traigo en el recuerdo,
hay otros cielos que no compartimos, ciegos rumbos
poblados por palabras de un idioma extraño
que nombran una pena incapaz de halagarte.

Nunca la enredadera con sus hojas ceñidas,
nunca nosotros, nunca las manos ni los labios.

Deshilacha penurias
el tiempo migratorio tras las alas
que avisan el poniente.

Sé lo que no debiera: fronteriza del ansia una
soterrada ilusión solloza apenas
y el camino propone otros recodos.

Extranjero sin voz, derruido y fatigado.
¿Quién me ha traído hasta este confín de madreselvas,
herido por la flecha infausta
y no obstante dichoso y rico en lúcidos deseos?

Soy el que soy, sonámbulo viajero,
lágrima distraída entre las lágrimas
que espejan la blancura.

© Fernando Sánchez Zinny

Poema de Alicia Márquez


CURIOSO

Tengo los dedos incendiados.
Escribo, escribo, escribo, escribo.
Escribo guiones infinitos,
escribo poemas inconclusos,
escribo marcas de lapiceras,
escribo garantías de seguridad,
escribo anversos,
reversos, frentes, dorsos, laterales,
indicaciones para usar una aspiradora
ultrarrápida,
promesas de delirios,
escribo diálogos que me brotan
de los dedos que queman.
Los dedos recuerdan
al piano y suben y bajan escalas
imposibles,
Se adelantan a los pensamientos,
guían las historias,
se sublevan,
me ponen paréntesis
donde irían comas,
se ríen en el teclado,
y en mi cara.
Están en llamas.
se incendian los papeles,
se consumen los cartuchos de tinta,
hacen grandes hogueras por donde paso
escriben en las paredes palabras incomprensibles
que se prenden y se apagan como carteles luminosos.
y lo peor de todo,
lo peor de todo
es que, de noche,
tengo que untar la punta de mis dedos
con aceite de almendras,
ponerme guantes de amianto
y dormir, como una momia,
con las manos cruzadas sobre mi pecho
para no incendiar el colchón.

© Alicia Márquez

Poema de José Antonio Cedrón



Después fueron los sueños
desafiando las voces
sin miedo a recobrar las consecuencias.
No hubo tiempo para mirar lo claro
y todo sucedió como al paso de un tren
desde tus ojos: apenas se divisa
el andén de regreso.
Eras inabordable a tanto pasajero,
eras mucha esperanza y gaviotas celestes
prestas a echar el vuelo.
Y creíste –jugando a las apariciones–
encontrarlo en un sitio inesperado
y casi lo alcanzaste bajo las rebeliones
de tu cielo.
Arrojaste las ropas para que el viento
hiciera fortuna de esos cuerpos.
Ciertos días de frío
te quemaste las manos de palabras.
Las nubes confundían su ruta por el ruido:
manadas que pasaron.
Qué raro fue este amor y aquél, y el otro.
Cómo harás cuando sientas que llega
con sus menos palabras y aún las puertas.
Bajo los mismos árboles donde creíste dejar
la necesaria luz para respirar
los días venideros
el viento silba para enterarte que trae
una ilusión irremediable
una locura a orillas del pantano.
Porque sería un desastre llegar hasta el final
entre la estupidez las ruinas
sin haberte encontrado.

© José Antonio Cedrón