30.7.08

Poema de Paulina Vinderman


La ventana del hospital
da a un baldío espeso de pasto y de botellas rotas
(como cicatrices de batallas).
Un sauce milagroso crece en la esquina que
da al cuartel.
Hospital de otro siglo, el dolor que me ata
a la silla despintada también es de otro siglo.
Las enfermeras corren con los orinales
por corredores hundidos y no reparan en él.
No estoy acá para curar mi vieja herida ni mi insomnio.
Soy hija, se supone que las hijas tienen salud.

En plena noche los azulejos blancos destilan
una luz primitiva. Puedo seguir un camino entre las
camas sin titubear.
Esa es mi luna, también la que imagino
sobre las botellas como un spot.
Comprendo su soledad (sin hermanos)
en medio del cielo.
Comprendo las mareas, comprendo a la locura
como un exceso de blanco.

He sido amada (no comprendida),
he sido aquel perro solitario de mi primer poema,
que atravesó la calle para ser mi amigo.

"¿Podríamos jugar mañana, cerca del sauce?"

El amanecer está en un punto muerto,
suspendido por una memoria que semeja un barco
sin mascarón de proa.

(Igual que mi vida).

© Paulina Vinderman

Poema de Roberto Glorioso


POEMA 22

Su salto al vacío
domicilia
..........
una estampida de dioses
..........
forzados a parir
..........
en catres de sarro.

© Roberto Glorioso

Poemas de Amadeo Gravino


- Las brujas de Macbeth nos recuerdan la Sabiduría que los Maestros ocultaron en los Cuentos de Hadas.

- La Misa de Requiem y el Concierto Nº XXI para piano de Mozart, hacen que participemos de lo Eterno.

- Sonetos de Quevedo y Odas de Horacio hablan de la corta duración de la vida y del impulso de celebrarla.


© Amadeo Gravino

Prosa de Gladis Moine


A lo lejos se divisa el Paraná. Las aguas acarician las costas de las islas. La mañana transcurre fría y gris. El paisaje se viste de luto.
Los jóvenes padres caminan por un sendero de piedras. El viento helado se arremolina en los cuerpos queriendo penetrar en los desgarrados corazones. El acompañamiento pasa entre cruces y árboles. La niña mujer abraza muy fuerte a su marido y con pasos lentos van llorando la pena.
Escucho una plegaria mientras la campana tañe un rezo de amor y la lluvia cae como bendición de Dios.


© GLADIS MOINE

Poemas de Luis Raúl Calvo


-Ella nada en otras aguas, por ello se torna inalcanzable a nuestro tacto, a nuestro olfato, a nuestra vida.

-Tus ojos, bella lluvia de otoño. Así, tan tristes, me dan tanta vida.

-Verme en ti, así tan lejano. Siempre debería verme así en ti. Como un extranjero.

-Esa mirada, perdida, extraviada. Esa mirada, sabe más de lo necesario.

© Luis Calvo

Poema de Nora Perusin


TU IMAGEN...

Tu imagen es un juego de sombras
en los pliegos solos de mis sábanas.
Desarmo este espacio,
exacto como un dolor de muelas a medianoche
apenas junto unas palabras, destruyo un sueño.
Hay un silencio que refleja la luz
de noche como un trago
infame y desolado.
Tu nombre es ausencia, tu tacto es la piel
que se mudó viajera.
Tu nombre es la ausencia,
develar tu sombra que pasa y amanece
eliminando los últimos vestigios
de tu sombra.
La ausencia es tu nombre
Persiguiendo

© Nora Perusin

Poema de Myrtha Milella


En la nostalgia del tiempo
que descuelga estrellas
basta
siempre un minuto
a que
un ala de sol
permita
vislumbrar un azul
de mis arrebatos.

Saldré a buscarte
hambrienta de nada
hurgaré la arena
hasta disolverme en ella
y
renacer en viento.

Vestida de angustia
me
desvisto lánguida
hasta sentir el espasmo
que provoca
el abismo de tu silencio.

Una bandada de pájaros
acerca
mis delirios
a
un espacio sin brisas
extiendo
mis manos, así palparte
no las tengo
las perdí
junto al viento.

© Myrtha Milella

Poema de David Rosario Sorbille


UNA GOTA DE AGUA

Hermano mío:
a esta altura de la vida,
mi verso de anciano vate
es una gota de agua
que salpica la calle
por donde anduvo
Troilo
y el gran Discepolín,
junto a Homero Manzi
y Don Osvaldo Pugliese,
marcando el paso
de alguna estrella,
que se convirtió
en recuerdo.

© David Rosario Sorbille

Poema de Michou Pourtalé


El regazo de Dios es un gran pan
con gusto a regia levadura que no muta.
Suele ser una rara canción de cuna
también una inconmensurable canasta
mullida en la que dormimos como fetos
.....................................
al abandono
en
noches de crimen y de estrella.
El regazo de Dios es un bellísimo mueble
taraceado, más antiguo que la Biblia.

© Michou Pourtalé

Poema de Silvia Mottes



Tu cuerpo

Cada espacio de ti he recorrido
seguro de cada ito, de cada curva,
siguiendo la ruta de tus antojos
y de mis propios delirios

En cada parador me he detenido
ha abrevar lo ofrecido por tu cuerpo
tan sabio de caricias, de entregas,
de juegos que no son tal

Pude saber de que esta hecho
el altar donde inmolo las pasiones
Aun así tú te aseguras sorprenderme
no hay lugar para lo ordinario

© Silvia Mottes

29.7.08

Poema de Bibi Albert


CONFESIÓN

..............¿Lo que mata… es la humedad?

Me gusta la humedad.
Hay como un sentimiento
palpitante en lo húmedo,
un aliento de vida.

Me gusta la humedad en las miradas,
me gusta la humedad entre los cuerpos
y la sal florecida en las axilas.
Me gusta la que pone
sonrisas en mi pelo.
Y en mi cara, que agradece
el suspiro de las nubes.
Me gusta la humedad en los hocicos.
Y en las cocinas
donde aplaude por horas
la tapa de la olla.
Me conmueven los besos buceadores,
los pies que no borraron su memoria de charcos,
los espejos que revelan corazones dibujados
y hasta la fauna misteriosa que odia al sol.
El olor a tierra. Los zapatos
que recién en la lluvia se convierten en míos.

Amo mi nunca a secas soledad.

Y más que nada amo
la humedad de tu voz.
De tu voz envolvedora, hospitalaria,
secreta, escandalosa,
procaz, desnudadora
por la que mi mano podría deslizarse
hasta encontrar el ancla de tus miedos de hombre.

Me gusta esa humedad.
Lo único que queda de nosotros.

© Bibi Albert

Poema de Edgardo Gugliermetti


OCTAVIO

.......... “un hombre habita la casa
.......... tu pelo dorado Margarita"
.................. Paul Celan

Belleza de tus axilas .. Octavio

los muchachos de Pasolini
ya anduvieron por la casa
con sus rostros taimados y las medias rotas

en la calle rumores
se han ido los gatos del jardín

abro un libro con una fotografía casi anciana
duele no pertenecer

allá abedules .. incierta magia
fraseo de la mezzosoprano
..... ultimátum
excesiva nostalgia.. nada nuevo
excepto tu corazón de ciervo
tus marcas ......... el vello
incandescente pubis

las pasiones nos dejaron al borde de las acequias

el telón inquieto en la trenza acuática
junto a los placeres

tu pelo moreno .. Octavio
labios que muerden paredes

abrazos perdidos

Octavio... tus cabellos húmedos.

© Edgardo Gugliermetti

Poema de Norma Fumero


lejos quedan
el campo
el vino luz de girasoles
y el mantel a cuadros
donde cada uno
la imprescindible pieza

fuimos después
a merced del remolino
que a la hora del crepúsculo
nos besa con una sed fría
y nos devuelve
a ese lugar pálido
con la ausencia molida entre los dientes

© Norma Fumero

Poema de César Carbache Mora


HE AQUÍ TU CUERPO
tiempo sembrado de tiempo
tierra habitada de latidos
hoja con alas de viento

cuerpo de raíces sucesivas
cuerpo
......... tiempo
............... tierra

árbol que se encarna en tus ojos
crece madura se multiplica
y vuelve a ser cuerpo
vuelve a ser tiempo
vuelve a ser tierra.

© César Carbache Mora

Poema de Juan Manuel Rossi


capítulos

I

Ayer desperté una dedicatoria
en un libro que no me nombraba
y vi
.
con nitidez
..
el diminuto vestigio de futuro.
Duele
...
a veces
....
presionar la claridad .. en la tristeza nocturna del otro.
y duele
..
un poco más
...
beber la sangre.. árbol caído
Yo no sé
...
en estos momentos
.....
si la página debe torcerse
para romper
con el paso germinal
.............
el silencio de la espera.
Será que el valiente pierde su imagen frente al abismo
.......
y su nombre llora en las manos del que no era
o será
..
que he visto
...
tanto sueño demacrado en el rostro de mi hermano
el mismo
..
que alguna vez
......
vivió en el regalo de un libro
y empezó a dormir
.......
y comió
.....
y leyó
su paciente dedicatoria

© Juan Manuel Rossi

Poema de María Teresa Archina


La aurora diáfana
................... presagia
.................. un horizonte
La estación de tren,
................. un escenario
.................... de encuentros
........................ reencuentros
Los durmientes
aguardan
cantos a la vida
la llegada de máquinas

Son testigos de
................
flores que acarician .

© María Teresa Archina

Poema de Paolo Astorga


TU ROCK

A nivel de mis pupilas una flor que se abre ante la arena
que brota de tu boca.

Trozos de un libro desgarrado
me han llamado a verte en aquel concierto
donde murió el desconsuelo de ser apuñalado
por la espina de una rosa,
acercarme a tu máscara negra
y besarte.

Eran las mismas estaciones
y las mismas noches sobre aquella arcilla de metal,
el acero de tus ojos
que me llamaban,

El cíclope nocturno que te rasgaba el pecho
intentando esconder su tristeza.

Nirvana era tan alegre cuando se vestía de payaso
cuando tú mirabas sus videos y me decías que yo tenía su nariz,
cuando ya nada era igual
que un sueño gastado.

Ya estás muy lejos.

A hurtadillas me acerco hacia tus manos despintadas
y te doy un beso.
Mientras los astros giran nuevamente
hacia el sur,
levantamos nuestros brazos por última vez
y tocamos desesperados
una luz
que se ha unido a nuestra piel
a nuestras profundas ganas
de llorar.

© Paolo Astorga

Poema de María Cristina Azcona


PINGÜINOS ARGENTINOS

Cua cua cua
Cada cual sabe dónde le aprieta el zapato
Se intercambian los lugares
Pero siempre los mismos pagan el pato

Los pingüinos son graciosos con sus trajes renegridos
Y sus pecheras con manchas de petróleos consabidos
Cual
bailarines de un teatro con música funcional
Deambulan por la plataforma continental

Ja, ja, ja
Cada cual sabe dónde le aprieta el zapato
Se intercambian los lugares
Pero siempre los mismos pagan el pato

Qué lindos estos pingüinos dice un turista alemán
Que inmortaliza la escena con cámara digital
Y la manda por Email a sus nietos en Europa
Aunque no entendió un catzo,
se compró bastante ropa

Si en el futuro nos dejan y vienen pavos reales,
Por favor que al irse nos dejen iguales (no más pobres por favor)

Porque el desfile de aves autóctonas es bastante mortal
Cada uno se lleva algo escondido en el morral

Cua cua cua
Cada cual sabe dónde le aprieta el zapato
Se intercambian los lugares
Pero siempre los mismos pagan el pato

© María Cristina Azcona

27.7.08

Poema de Roberto Di Pasquale


LAS ALUSIONES

Las nubes
navegaban
sin remos
al pasar.

Ellas mismas
sostenían
los cambios inspirados
que el remo alejó.

© Roberto Di Pasquale

Poema de Beatriz Schaefer Peña


Aproximaciones

Me faltaba tu nombre.
.Ahora lo levanto hacia el ocaso;
...................... el mortecino,
.el balbuceante labio,
................... el último beso.
Y lo convierto en luz.

©Beatriz Schaefer Peña

Poema de Carlos Kuraiem



Soy de un pueblo de arquitectos que nunca edifica
Un pájaro indeciso entre dos vientos
un alambre que descansa en dos paredes
útil deforme húmedo y mal vestido

Es la lágrima que reparte su llanto
El hombre vestido de uniforme que vive a traición
El poeta que no dice todo lo que calla

Son sueños de clavos
nuestros sueños, hermano
Nos tuercen los martillazos que nos dan
con sus tambores
en plena cabeza

Hoy amanecí con un libro en la mano
cuidándome toda la noche
amanecí sin uñas en los dedos
Se las dejé clavadas en el sueño
a mis enemigos
que con sus caras ocultas
y sus botas calzadas
daban alaridos de dolor
y huían de mis manotazos
cuando yo los castigaba
con la verdad de mi hambre

Hoy amanecí libre hasta la puerta de calle
hasta el umbral de mi puerta
hasta aquí llegué

© Carlos Kuraiem

Poema de Clara del Carmen Guillén


PIEL AJENA

Hoy estamos de fiesta
Hay un aire mundano en las gargantas
Aire de libertad no entre comillas.
deslizas lentamente lengua y humanidad
............. sobre su cuerpo.
Palabras hay de más para ofrecerlas
En bandeja de amores
Y colocas torrentes
Deseos
Libertad
Voces
Secretos
Se contagian a tiempo la táctil humedad de lo posible.
Desencadenados
Encantados
Suculentos
Prohibidos
Succionados
Atados
Peregrinos
Sus labios oportunos se turnan en tu boca
cómplice en sol mayor
y luna ardiente.
Con vocación secreta degustamos
como buen catador
la piel ajena.

© CLARA DEL CARMEN GUILLÉN

Poema de Mónica Griolio


SABORES

Deduzco tu forma
desde las tinieblas de mi ceguera carnal.
No te distingo en la circunstancia extraviada de esta cama.
Tus manos me dibujan otro cuerpo,
tu boca moja otros rocíos turbios,
ebrios de hechizos,
mientras mis gemidos guturales
simulan un ahogado deseo parido.

© Mónica Griolio

Poema de Omar Requena


MARIAN

todo lo pleno
todos los roces
todo el deseo
todo el aire de amor

el cielo ilímite de tus ojos

el gozo la pérdida
en un solo relámpago
todas las promesas
ahí
arrumadas
ya para siempre verdes

falaz
poético
estropicio

tanto desatino

© Omar Requena

Poema de Hebe Solves


A MIS HIJOS

Inaudible es el nombre que elegimos
para decirnos que agoniza el rumbo
de la mitad que fuimos. Sé que es mucho
el silencio para siempre unido

al hueco de la carne, pero escucho
el velo que sostiene la memoria
en la curva del vientre, donde mora
la casa del que fuera sólo uno.

La cadera sostiene lo que arroja
y si el dolor regresa alguna noche
jugando a ser aún lo no nacido

busco cruzar de nuevo aquel abismo
vagamente encubierto por el nombre
del amor, que nos crea y nos despoja.

© Hebe Solves

Poema de Lidia Cristina Carrizo


SI NO ESTUVIERAS

Iba a fugar de mi pensamiento
hacia todos los sitios
que no estuvieras.

Donde germinen espigas de trigo
y vides maceradas para vinos

Compartir con amigos,
escucharles imaginaciones
suculentas y verdades de profetas.

Donde la libertad impotente
entre suspiros de tristezas
se declare libre, como el vuelo
de un pájaro o el llanto de
un niño asomando a la vida.

Iba a fugar de mi pensamiento
pero allí estaba, incrustada
de respiros inciertos;

Donde no había lluvias
ni soles y la luna se escondía
para no mostrarme lo cierto.

Iba a fugar de mi pensamiento ...
pero un atisbo de tu existencia
me hizo escuchar tu silencio.

© LIDIA CRISTINA CARRIZO
Pintura: Juan Fernando Cobo

25.7.08

Edna Pozzi -videopoema- LA DERROTA

Prosa de Norma Segades


Acerca de la entrega.

Los amos de los huertos nunca entregan su sangre en presencia del día.
La muerte llega siempre de manos del sigilo, de la noche, de gotas implacables cayendo a las honduras de los vientres traslúcidos.
La muerte llega siempre de la mano de negras agonías, corazones gastados o heridos por el rabo del relámpago,
ejércitos de insectos devorantes de médulas, insomnios, relicarios.
Suele posarse lenta, levemente, sobre la dignidad de las corolas como si fuera el ángel del olvido, una desnuda estatua de alabastro con alas de ceniza,
infausta mariposa de silencio libando de los cálices abiertos, bebiéndose de un trago balbuceos, suspiros, náuseas, letargos, alucinaciones.
Llega siempre la muerte de manos del sigilo.
Más allá de los muros aúllan las higueras, las uvas en jauría, las diamelas, los altos colibríes
y gime la tristeza entre los amarantos, las matas de begonia.
Pero ella es implacable,
se empecina en vendimiar racimos con sus uñas de nácar.
Y resulta sencillo advertir su silueta bajo el atrevimiento de la luna,
el borde de su manto rozando los plantíos, su sombra agazapada al borde del estanque, asfixiando azucenas.
La muerte llega siempre de manos de la noche.
A la hora en que claudican las vigilias, los pabilos dispersos por los labios del aire, la absoluta custodia del aliento.
A la hora precisa en que se entrega el alma.
En que los dioses alzan la mirada para reconocerla.
Pronuncian brevemente su nombre indescifrable.
Establecen el alba, los robles, las alondras.
Y aún cuando los óleos hubieran conjurado sus pieles de jacinto,
aún cuando los ritos, las voces, las plegarias hubieran sido dichas en el momento exacto del eclipse, comienza el desconsuelo sucesivo.
Horas en que la ausencia abruma como nunca,
en que emigran sus rostros hacia lejanos puertos
y en ocultos rincones amordazan los lirios sus heridas profundas, sus dolores quemantes.
Y la vida atormenta como llaga.
Sin embargo,
siguiendo la liturgia de los viejos olivos,
los señores del huerto nunca entregan su sangre en presencia del día.

© Norma Segades

Poema de Carlos Barbarito


VESTIGIO, SUEÑO PUESTO DEL
REVÉS ...

Vestigio, sueño puesto del revés,
cierta sombra incierta
recortada sobre arena blanca.
Fue cosa, alumbrante, decisiva.
Fue órgano, fluencia, mecánica.
Apenas débil nota en infinita música
que progresa en grandes olas hacia el rojo.
Le hablo, no responde.
O responde por él, o ella,
no el cuerpo sino su imagen,
no el ansia sino lo que del ansia
se separa del mundo y se asfixia.
De la vida huye el poco aire
que queda bajo las hojas,
nada lo retiene. Asfixia,
cordón que aprieta,
el cuerpo que pende,
inmóvil, sobre aislados vestigios de amor,
de mundo.

© Carlos Barbarito

Poema de Esther Pagano


JUGANDO RAYUELA

Hombre
de pubis azul
te me ofreces chocolate
al punto de reventar elíodos.
Cuánto amo tus regiones
saltando rayuela blanca.
Tengo un jardín de infantes
distraído
ensayando un colage
de movimientos.

Desnudo sos
desnudo estás
con vos
y el origen.

© Esther Pagano

Poema de Ana Mercedes Collazo Martínez


Tentación

Aquí estoy...

extraviada en la oquedad
de mis deseos disfrazados.
Traspasando la coraza del no
que atajaba mi fuego;
inquisidor de tu boca clerical.

Aquí estoy...

ataviada de lujuria
en mi orfandad,
desvestida de perdones
codiciando pecados
solapados en tus labios
ajenos.

Aquí estoy...

esperando que sucumbas
de rodillas,
que el éxodo de tu cordura
se mude a mis pechos.

aquí estoy...

y tú no.

©Ana Mercedes Collazo Martínez

Poema de Alfredo Lemon


Este es el número de la suerte incierta.

Por qué no pensar una cifra que simbolice
la vida entera que apenas somos
y aquella parte que no alcanzó ?

Este es el número de la suerte incierta.

La paloma entró en la casa
y lo juzgamos como un buen augurio.
Vimos al murciélago cruzar la noche
y nos creímos condenados al insomnio.

Percibimos el mundo por el ojo de una cerradura.

La superstición nos hace débiles
y sólo la renuncia nos vuelve omnipotentes.

Este es el número de la suerte incierta.

Siempre es tarde para hacer un balance
y demasiado pronto para inventariar.

El juego del destino es pulcro y necesario.
Vivir es apostar por un deseo pertinaz.

© Alfredo Lemon

Poema de Norma Abúndez


Nervadura

Todo estertor es un orgasmo
un ritmo branquial
donde incesta el sueño
y las palabras son el mundo.

©Norma Abúndez

Poema de Alejandra Zarhi


DUEÑO DE MI EXTASIS

O tú, o el olvido.
Rocío de mis noches sedientas.

Temblor de mi cuerpo
zumbidos en los extremos.

Entrega de locuras,
baile afrodisíaco.
en instantes de
delirios.

Mirada blanca de amores,
verdades, sueños, calmas.

Me han brotado del pecho,
perlas ofreciéndote el privilegio.

Dueño de mi éxtasis y lujuria
mundo solo mío y de nadie.

© Alejandra Zarhi

24.7.08

Poema de Ana Emilia Lahitte


APRENDIZAJES

Comienzo
a perder instantes.

A perderme.

Una décima de segundo.
Un milésimo de silencio.

Nada me despoja.
Todo me desnuda.

Es lo infinito que regresa.

Aprendo
a habitar el esplendor
de la sombra.

© Ana Emilia Lahitte

Poema de Osvaldo Rossi


MIS PIES

En el barro.
Mis pies no abandonan el barro.
Todos los esfuerzos, todos los sudores.
Y mis pies no abandonan el barro.

Allí afuera
los fieles invocan la palabra prohibida
y los surcos se agrietan
y los hombres dibujan sus pequeñas venganzas.

Allí afuera
un retoño de pino justifica la lluvia,
cae la nieve sobre la espalda del mundo.
Y mis pies no abandonan el barro.

Allí afuera hay truenos,
hay epidemias, catástrofes.
Hay mitos y versos, hay canciones.
Reliquias que buscan santos.
Espadas que encuentran héroes.

Afuera hay ojos que rozan labios,
hay muertes que eclipsan soles.
Afuera hay quietudes. Afuera hay piedades.

Y mis pies
...........
no abandonan el barro.

© Osvaldo Rossi

Poema de Marta Zabaleta


Delirios infrecuentes de la noche que pare sueños fantásticos.

La nieve ha parado su deambular:
No queda nada más
que el mal tiempo,
la humedad excesiva,
la juventud espesa y
ese cansancio del cuerpo
que no sacia
el vino ni derrite
el viento blanco,
ese deseo inescrutable de dormirse
y nunca despertar...ni para ir al baño.

© Marta Zabaleta-

Poema de Roberto Di Vita



La Voz Sentimental de Buenos Aires

..............A Juan Carlos


Perenne como el tiempo,
transparente como los buenos sentimientos,
profunda como la vida
que se vive
y que se sueña
queriéndola toda entera
con todas sus miserias
con todas sus grandezas.
Fue
Agustín Magaldi
arrullo y sentimiento,
corazón y grito,
denuncia y rebelión
de cosas que pasaron
y que huellas dejan...
Los arpegios de Magaldi,
el más amado por sus fieles,
invocaron con total vehemencia,
al hambriento, a la madre soltera,
al preso, al buscavida,
al huérfano, al solterón y al mendigo.
Bramó contra la hipocresía
y las crueldades de su tiempo.
Miserias de esa época

tan parecidas a las nuestras.
Estará presente
Agustín Magaldi,
en el color celeste de su canto,
canto por siempre enamorado
de su propio brillo y
rocío.
Magaldi de los afectos y de los pájaros.

© Roberto Di Vita

Poema de Cristina Fernández



SONATA EN GRIS

Gris la tarde.
La tarde y mi latido.
Este suave reloj que marca lento
el fluir de la vida.
Mi destino.

.....Gris la sombra.
.....La sombra y mi tristeza
.....demorada en la bruma. Y el silencio
.....despenando los cauces
.....del latido.

Y este dolor
para nombrar tu ausencia,
que en la frágil textura de la tarde
se recorta, fugaz,
en el camino.

© CRIS FERNANDEZ

Poema de Ana María Zacagnino


A PURO LICOR

No es buen amigo el licor
Pero ayuda a calmar penas.
Es algo que
en las venas
Se interna y calma el dolor.
Pues entonces mis Amigos
Bebamos un trago más.
En las
noches solitarias
Donde
todo se nos va.
Busquemos en ése trago,
Algo de nuestro pasado
Y vivamos a su lado
Sin pensar más en lo andado.

© Ana María Zacagnino.

Poema de Celmiro Koryto


y me pregunto…

en días como hoy
sobrevivimos
como los
jazmines
con esa inercia
de flor

en el paisaje
frente al espejo
busco las llaves
y me pregunto
porqué ya no deseo

© Celmiro Koryto

Poema de Antonio Azpeitia


LA PARCA

El doce de mayo de dos mil ocho,
bese su mano, sentí su frío,
no quiso hacerlo
me dio otro plazo

azpeitia



He visto las alas de la muerte....
.....hoy me han rozado.

Silencios de su vuelo impenitente,
susurro de su viento en mi costado.

Me curvo sobre mí para esquivarla,
no quiero ver su cara sin facciones...
que pase sin mirarme fijamente.

Beso su mano negra,
huesuda, descarnada,
amaga el torpe gesto
de un golpe de guadaña,
y un dolor visceral
desconocido
hunde su daga profunda
hasta mi entraña.

Me ha llenado de sangre....
....¡era la mía!...
Caliente aún en mi mano
enrojecida,
pregunta si este aviso
es suficiente.

Se aleja con desdén, con alegría,
sin ceremonias solemnes,
sin adioses,
un guiño de su sombra...
entre dos luces...
Un gesto milenario ya estudiado.

Mañana volverás....
mas no sé cómo,
me angustia que no quieras
desvelarlo,
señal de un calendario caprichoso,
hundido en el destino
que es... ¡la suerte!

Hoy creo comprenderlo...
más que nunca...
La vida es un milagro...
....sin la muerte.

© Antonio Azpeitia