24.7.07

Poema de Roberto Di Pasquale


LAS ALUSIONES

El día
es siempre
el que se va.

Pero
debe volver
o regresar.

El sostiene
la imagen
que no ha
regresado.

Y luego decide
pero es aparente
pues aquello
que dijo
la imagen
lo sostiene.

© Roberto Di Pasquale

Poema de Cristina Pizarro


COMO UN PEREGRINO

“Y sin embargo has visto el miserable revés de cada trama.”
............................................................Olga Orozco

Como una ostra cerrada está mi corazón
albergando perlas de agua que fluyen
sin detenerse;
más lejano y triste que una roca tapada
por la arena sobre las playas del tiempo,

como un peregrino que busca la salvación
en el camino largo e incierto,
donde el sol y la luna comparten
el espacio en el cielo,
así está mi corazón, encerado entre las piedras y la piel

Cuántas tormentas y voces se entreabren
al borde de la fuente.
Cuánta sangre mortal
al inquirir el fuego
de temores y venganzas.

Casas, calles, árboles, faroles
veredas con nostalgias de bicicletas
y bichitos de luz jugando a la mancha.

Cuánto polvo en el aire y las distancias
sin nombre;
y avanzando a ciegas con la esperanza del vuelo
sumergido en el refugio del ayer,
penetraste en las avenidas de dolor
y sin destino,
y viste luces ilusorias, escudaste palabras
viejas y nuevas
que van armando el texto de la vida.

Y entre la risa que sacude fue creciendo
el soporte de mi cuerpo
dejando inmóvil mi deseo.

Como dos rostros en pugna que reflejan
sus marcas en el agua
has visto el miserable revés de cada trama.

© Cristina Pizarro

Poema de Alberto Destéphen


Jaque al miedo

Desde aquí
hago jaque al miedo.
La noche
es un juego del sol,
las libélulas,
milagro del río.

Desde la galaxia de mis ojos
no imploro
un jeroglífico de la bondad.
Solo quiero
el prodigio
de la ciudad de las hormigas.

© Alberto Destéphen

Poema de Ana Guillot


31
1.

sobre la alta torre la túnica de andrómaca
vela la distancia
entre las naves argivas y su cuerpo
y disuelve la luz
líquida como el mar que la circunda
el aire se desliza apenas
sobre el pelo

ella sostiene la cabeza
con la altivez propia de su rango
pero sus dedos
buscan el costado temeroso
(los versos que homero cantará)

una mariposa se detiene en su hombro
y ella la aparta
con un gesto improbable
es húmedo y pesado el aire
ahora
mientras late
la memoria del gesto
en su cintura

© Ana Guillot

Poema de Nilda Barba


los órganos son independientes
el humor
mi pie izquierdo
seguir hacia tu puerta
el árbol
esa sombra en la ventana
subir la escalera
una hoja
... dos magnolias
y curvas del cerebro
negaban
la desobediencia desnuda
en la suela
del pie derecho también

© Nilda Barba

Prosa de Myrtha Milella


Mendigo

Con harapos, la vida te vistió de mendigo. El tiempo de sombras nubló tu rostro, extendió tus cabellos hasta empolvarlos de cenizas. Una larga barba esconde tus facciones mustias. Miras a quien pasa con las esteras de tu ojos muertos, mirando al viento.
Tu casa, una vereda dura y fría, tus mantas, las hojas de un árbol que te cobija cada amanecer. Tu delirio, la puerta de entrada a la casa de estudios.
Me contó una alondra un día fuiste un brillante estudiante de Medicina. Los desvelos mojados de mate y pan quebrantaron tu mente y resbalaste por el precipicio de sombras. Fue vertiginosa la caída al desvarío.
Tu nombre? uno de los tantos de los que por la institucion pasaron. Tu imagen permanece en el olvido, parte de los infortunios a que nos tiene acostumbrados la vida.
Mirarte, hablarte, tenderte la mano es igual a verte vivir muriendo en la vereda.

© Myrtha Milella

Poema de Amado Storni


EL HOMBRE Y LA VIDA

EL Hombre se enamora de la Vida
creyendo que le será fiel para siempre.

Es por eso que el Hombre vive,
se hipoteca,
hace planes,
sueña y se ilusiona.

Es por eso que el Hombre
invierte en futuros imperfectos,
en futuros imprecisos,
en futuros razonables.

Viaja por el mundo
con la maleta sin hacer
porque se cree que la Vida
es ese tren de cercanías
que espera siempre en la estación.

Pero un día,
cuando cree que el mundo es suyo
y que la Vida come de su mano,

la Muerte
,
que es paciente y está sola,
se lo lleva a vivir siempre con ella.

Y deja el mundo a medio hacer,
las luces encendidas,
los sueños sin cumplir,
el video programado,
la pasión en los felpudos,
el Amor recalentado,
las puertas del dolor sin cerradura,
la ropa sin doblar en los armarios,
el tiempo dislocado de futuros,
la carne congelada en la nevera,

la Vida
agonizante de recuerdos.

Y deja corazones destrozados,
inconclusos,
malheridos,
corazones desvirgados por la angustia.
Y deja corazones mutilados,
solitarios,
indecisos,
corazones infectados para siempre
por el lento caminar de la tristeza.

Corazones como el mío.
Y es que a mis años
y después de ver como la Muerte
se llevaba a mi familia,
se llevaba a mis amigos,
sé que cuando doblan las campanas
están doblando por mí
y que la Muerte,
puntual y seductora,
es la más fiel de mis amantes.

© Amado Storni

23.7.07

Poema de María Malusardi


De “diálogo con pescadores”, Ed. Alción, 2007

(selección)


uno sabe que no puede convertirse en nada descabellado al viento cuando dialoga con un pescador uno sabe que el mar es silencio y rebeldía en la inacción uno sabe que perderse en otra piel es desandarse de uno mismo está escrito sellado en la arena


por qué un punto en la duna luego nada?: perderte luego encontrarte luego perderte: detrás de cada instante de placer la vida trama una pequeña desilusión


qué espera el pescador más que una mujer triste atareada en la escama? barcos que la mujer de sus ojos desquita? su cara astillada en la arena? un poema que desahucia en el caracol?


debo romper la idea después de descubrirla la distraigo la desvío hacia otro derrumbe del lenguaje escribo en la arena lo perdido en tus ojos


la derrota del pescador: fui esa mujer triste atareada en la escama? tu cuerpo en mi boca muriendo? este pez despalabrado y solo?


te escribo no para perderte sino para arrimarte esa lejanía siempre planifican las dunas para nosotros: vos allí yo aquí anhelándote sábana de cuna entre los dedos y las aves de los tapices me regresan la orilla al párpado

lobos de mar en la arena como sobretodos vacíos (vos? yo?) a quiénes abrigan mientras secan sus entrañas? ojos rotos: embriones entre las grietas cómo cada muerte hace del mundo un lugar más solitario


© María Malusardi

Poema de Marizel Estonllo



Danza

Un gesto atraviesa el espacio, hace nacer la forma.
La forma se entrama con el tiempo


Y lo extraño de nosotros nos danza.

Del temblor al estremecimiento los lugares surgen del espacio.
Giros y piruetas para descentrar al vértigo.
Inhalación del movimiento en el pliegue.
Espasmo del dolor vertebrado en el arco de la angustia
en el latigazo del lamento.

Acariciar lo inefable.

Entrever en la extensión de la mano el roce de la piel de Dios.

Elevar los pies con la elocuente amplitud de la fe,
con el coraje del salto,
las diagonales del tedio que fuga,
las espirales del asombro y la pasión,
el desafío de la dicha en el vértigo del infinito.

Planos y densidades en los torbellinos de la furia y el pánico,
languidez que cae haciendo lluvia en la tristeza...

Un cuerpo es el soporte... Un columpio entre cielo y tierra.

La excitación de un vacío que gravita en el crepúsculo.

© Marizel Estonllo

Poema de Mary Acosta


ANCLADO GLAMOUR

Supuran cruces doradas
sobre el pubis húmedo de la ignorancia.
Soberbio glamour
burla la sabia sucesión del tiempo,
por años cómplice de conjugaciones caprichosas.
Elegancia de encajes cautelosos,
cobijan misteriosas perlas negras,
ancladas sobre cuerpos demenciales.
Apaleadas por exiliadas razones,
menean en los pies del delirio
la alquimia del mundo,
y la espumeante palabra: prejuicio,
bajo la psicótica y afrodisíaca apariencia,
de ser oruga lúbica desnutrida de afecto.

©MARY ACOSTA

Poema de Ricardo Rubio




CLAVE DE MI


Recuerdo el lupanar donde las diosas
... bailaban con mi música.
Fueron horas de labios desiguales,
de ondulación, de presbicia,
y aún era temprano para las congojas.

Las manos buscaban el abismo,
seguras de volar desde la inercia al asombro,
desde el invierno a la risa.

La sombra que avanza en la tarde
no sabe de perlas
ni las intenta.

© Ricardo Rubio

Poema de María Cristina Azcona


LA FLOR DE LA PAZ

Abre sus pétalos de terciopelo
Mientras la cubre gélido rocío,
Hecho de lágrimas que forman río,
De los que sufren sin tener consuelo.
Rosa el fulgor ya desvanece el frío
De su color bajo un celeste cielo.
Ya ni el dolor, el miedo o el flagelo
Sobreviven ante su aroma pío.
Quiere darnos paz bajo un sol dorado,
Esmeralda el cáliz, la faz sedosa...
Sentir que al fin el mundo está cambiado...
Flor que nos da su fruto, generosa...
¡Debería crecer sobre este prado!
¡En vez de muerte vil y guerra odiosa!

© María Cristina Azcona

Poema de Ramón Rojas Morel


VOLEMOS JUNTOS

Justo cuando estoy
por retomar el vuelo
la piedra de tu honda
golpea mis alas, mi cuerpo,
mis sueños y esperanza...
Lo triste es que cada vez
tardan más en curar
mis decepciones...
y los paisajes que
en algún momento
fueron bellos y nuestros
se vuelven agrestes...
Ya no sirve el te amo,
aunque te ame,
aunque me ames...
Ya no compartimos
el vuelo...
Pero creo que mañana
estiraré mis alas,
olvidaré mi cuerpo,
sonreirá mi espíritu
y volaré a buscar
el sol...

© Ramón Rojas Morel

Poema de Viviana Pelle



Danzar el brillo de las hojas

Quiero acunar el brillo
de las hojas suaves
para ascender
al cielo
Danzar libre
en infinito vuelo.

© Viviana Pelle

22.7.07

Poema de Edna Pozzi


Poema XIII

Soy como la que fui, como el pasado soy Teresa
En la calle me bendicen y besan el borde de mi falda
Mi abuela corta panes de salvia para alimentarme
En los pasillos de los claustros camino lentamente
dejando gotas de sangre
Soy como la que fui, santificada en fortaleza y alegría
Uso un idioma delicado reservado a los ángeles
que
en tropel me acosan y a veces me iluminan
Soy la riqueza y el esplendor de Dios
La mujer de las moradas profundas, del encuentro y el goce
Soy como la que fui, la inaccesible roca
la resucitada

Soy la que te ha engendrado para que vivas un instante
y me hables del amor pequeñísimo y frágil
que no puede entrar en mi casa
y grita inútilmente en las calles con estridente voz
Soy la vigilia y la perfección del consuelo
quien cerrará tus ojos y cubrirá con mantas
tu cuerpo desnudo
Soy como la que fui, el laberinto, la extraña
que en el pasado dijo amarte
soy apenas Teresa, la puerta de la clausura
el amor
terrenal más valiente y gozoso
Soy lo que resta de la pérdida atroz
lo que
no acaba nunca

Soy este triste tibio triste corazón desolado

© Edna Pozzi

Poema de Roxana Palacios


miedo

algunas noches el miedo se disfraza de letras
es cuando las patas de la eme se transforman en barrotes
la bala de la i se atraviesa en la carne
y la horca dada vuelta
y los dedos oscuros

es cuando el círculo se cierra
se cierra
hasta que sube el sol

© Roxana Palacios
de Marca sobre marca

Poema de Luis Benítez



DEL UTERO A LA TUMBA UN SUEÑO TE LLEVARA

Del útero a la tumba un sueño te llevará,
desnudo, el escarpín y la mortaja hechos de la misma
... seda.
Un sueño con mejillas de pétalos que martillea en tu
... mente,
un beso helado, un golpe en la nuca dado
por un desconocido con guanteletes de hierro,
sonando tras tu puerta en el cerrojo.
Fantasma de metal tu cuerpo,
desde los cortos pantalones al bastón del viejo
transitado por extranjeros que se acercan a escrutar
... tus vísceras
y las señales del cielo con sus dedos de muerte,
verás asombrado cómo la cuchara colmada
deposita por igual besos y mordiscos en tu alma
... cóncava.
Del útero a la tumba,
clavado a la tierra que sólo se abre dos veces,
tus ojos noviando con las fotografías
verán al niño libre de pecado y cicatrices,
diáfano, aunque su llanto presienta
y al hierro del amor marcándote la ingle
y al molino del olvido girando, por un viento de huesos.
Del útero a la tumba un sueño te llevará,
las riendas hechas trizas en ese torbellino,
en dos segundos de setenta años,
sólo una muesca, en un reloj enorme.

© Luis Benítez

Poema de Norma Fumero


por indicio de noche de vino de palabra
mano la tuya entre pul
óver y corazón de asombro
ser y no ser destino sangre desprolija
abierta única idéntica espuma
piel a piel uno en mil
nos estamos
................................... mirando
................................... muriendo

dos en los otros
nos permanecemos en la boca de la luna

© Norma Fumero

Poema de Lucía Serrano


Desesperada
prescindí
de las necesidades.

Satisfice
la sed
de los culpables

© Lucía Serrano

Poema de Lidia Cristina Carrizo


DISEÑO

Esa particular manera
de llegar hasta mi suelo
y erigirte en montaña
al contacto emitirme
un ramillete de estrellas.

El mar a mis pies descalzos cubre con salitre.
Montículo marino, con ojos de niño y mi tierra blanda
para recibir tu calma y reprimir el grito del albatros!

Soñaste acaso este diseño?
bulliciosa noche que desciendes
del mar y avanzas con tu genio
moldeando mi rostro, mi cuerpo ...
y en tus manos ese ramillete
de estrellas para las mías vacías
que dejan tus huellas ...
Mis pies ...hundidos en tu arena!

© LIDIA CARRIZO

Poema de Luisa Berutti


Prometeo

En un abrazo alado
me asomo con él
a los lugares pensados del espacio
con la libertad del viento
que nos lleva
veo la luz de la esperanza
que ilumina la tierra
la energía de las estrellas
y la velocidad de ser
humanos en el poema
con la levedad
de una pluma
mi alma
es como un pájaro
en el desierto del aire
despojado de fronteras
no he llegado
al destino incierto
sigo navegando
para descubrir
lo que aún me espera

© Luisa Berutti

20.7.07

Homenaje a Un Grande "ROBERTO FONTANARROSA"



"De mí se dirá posiblemente que soy un escritor cómico, a lo sumo. Y será cierto. No me interesa demasiado la definición que se haga de mí. No aspiro al Nobel de Literatura. Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: me cagué de risa con tu libro"
Roberto Fontanarrosa


Poema de Gabriela Delgado


En el andén

“...Y en el pueblo no tendré nada que hacer
sino echarme luciérnagas a los bolsillos
o caminar a orillas de rieles oxidados"...

Jorge Teillier



No tendré más que sentarme sobre el cemento
del andén de la estación Patricios
para apropiarme de su magia.
Repasar con los dedos
cada minuto dibujado en la rayuela del tiempo.
Sentir el vaivén del fantasma
que quedó entretenido entre boletos y encomiendas.
No necesitaré más que la osadía de mis ojos
para impregnarme de viajes.
Ni más mansedumbre que la del silencio
para encender el metálico canto de rieles y ruedas,
de motores y campanas ruborizadas de viento.
No me hará falta más que el corazón
para heredar la leyenda del olvido.
Ni más piel que la puesta
para enmarcar un remolino de emociones.
Se volverá tan ancha el alma y tan claros los gestos
que todo brillará en gama de sol y verdes.
Tan intenso será el perfume de la tarde
que no tendré más que sentarme en el andén
para impregnarme de duendes
y sellar un momento inolvidable.


© Gabriela Delgado
Foto: Patricio Coullery (Vías de Mocoretá -Corrientes-)

Poema de Eduardo Quintana


Entre la Tierra y tú, inerte

Te vi por la mañana, y estabas calma.
Más, cuando hablé contigo sentí que
no sentías nada, ¿he perdido tiempo
con un cuerpo inerte que habla, pero
que no piensa ni siente?

Me asusté al oírte porque creí que
no estabas, pensé por un momento
que no aguardabas nada, sentí de cerca
el rubor y la misma historia de hablar
con una silla.
Sólo, que a diferencia de la madera trabajada,
tú ni siquiera me escuchabas.

Te encontré nuevamente por la tarde,
te noté un poco preocupada,
¿molesta por qué? Pensé desde mis entrañas,
¿será que siente algo realmente en la casa abandona
de las luchas diarias con la vida cotidiana?

Me dijiste que una vez alguien te partió
el corazón y por ese supuesto amor
que no duró, ya no tendrías compasión.
Más, te advertí que no dijeras ya nada, para
que continuemos viendo el atardecer
que tímidamente se apagaba.

Me preguntaste ¿qué me pasaba?
Yo te dije te quiero, sin saber por qué
ni cómo, ni cuándo.

Te reíste de mis sentimientos
y yo, lloré sin consuelo.
El mundo es basura desde su nacimiento,
me afirmaste, cuando ya otros amigos,
a lo lejos, traían algo grande, de madera,
como la silla también, era una escoba larga
que me decía: vámonos, que la suciedad
es tanta, que la Tierra pide a gritos,
hoy y siempre, ser limpiada.

© Eduardo Quintana

Poema de Guadalupe Wernicke


Benito

él nació afuera de la ciudad
en un pozo
su madre rompió bolsa por descuido
y lo atajo de cuclillas
sollozando
él jugo con pelotas de papel
con polvos
entendió que nadie mas lo atajaría
perdió sus dientes
perdió la opción
se volvió bolsa de plástico en el viento
y cayó en la trampa
de los que creen distinguir cosas
tener soluciones
y por ser institución ser maravilla
desde cuándo
toda esta omnipotencia
resultó
desde quién
no somos nosotros
ese personaje traicionado
por sí mismo
y por el pozo y por la madre
y por los dioses
por el polvo

sigo preguntándome por qué

© Guadalupe Wernicke

Poema de Anamaría Mayol



EN TUS OJOS

Por que supe ser pájaro
y me crecieron alas

fui árbol
...............nido

Llevo el rumor del viento
entre mis ramas

Por que a veces no fui
y deambulé en el aire
como espíritu

anduve etérea
sobre mi propia sombra

y otras
trasmuté golondrina

Por que fui fuego
me quemé en mi hoguera

aún ardo en las voces

en las palabras enciendo el fuego

Por que fui agua dulce
agua mar
apoyé los ojos en un torrente
deslicé laderas
y supe del oleaje

Por que volví mujer
me quedé en tus ojos
condenada

porque el amor desnuda
los signos del lenguaje
y las palabras llueven en tu nombre

por que sos
por que soy y somos uno
por que si
..............por que no

este poema

© Anamaría Mayol

Poema de Marian Muiños


HOY ME VI TAN LUNA

Hoy te vi tan luna
sin ser media
ni entera
ni blanca.

Alternadamente
asomándote
calle a calle
el autobús
rodando
rápido.
Y tú, fugaz:
tres cuartos de luna
irregulares
-cobre de luz
y no blanca!

La noche arriba
a tu izquierda,
disimulando
tu escasez de luna.

Y tu gravidez visible
pariendo sueños
de hijos que no nacen
de madres que no sueñan.

Pariendo la noche entera
tu hechizo
que nunca cesa.

Ni siquiera
con la Tierra y sus seres dando tumbos.

Ni siquiera
cuando apenas te miran los poetas.

Ni siquiera.

© Marian Muiños

19.7.07

Poema de Alejandro Mauriño


ESPINAS

Una espina vertical me atraviesa.
De óxido y acero ella conmueve
todo el orgullo; es fina y aviesa
como el dolor, y más aún, aleve.

Otra, horizontal, me crucifica:
sangra mi soledad y siento el daño
del sinuoso azar, de la maldita
arena que el tiempo hace en los años.

Metáforas al fin, que yo preciso
para contarte lo que más me hiere:
al otro día ví que el paraíso
estaba en medio de tu cuerpo, Tere.

©Alejandro Mauriño
(De "Otros poemas", 2000)

Poema de Martha Goldín


en cada despedida
vivo de muerte prematura
el verdugo
sonríe
mi corazón cae de mi
él lo alza y sabe que hacer
en cada despedida
respiro apenas
apenas respiro el aire necesario
a
penas
...........Palabra de la memoria

© Martha Goldín

Poema de Roberto Roséndiz Carmona



BEBER NO SIEMPRE MITIGA LA SED DEL ABANDONO

En más de una ocasión la he bebido
he apresado sus labios y el sabor de su lengua
suavemente
he libado la esponja dulce
el suspiro que escapa desde el fondo,
inesperado.

La esperaba desde ayer
desde siempre
como esperan los náufragos
como esperan los desesperados
como esa niña que sueña sus quince años
en medio del dulce aroma de su sexo.

Jugar a amarse
a perder algunos sueños
tan sólo por encontrar motivo a la existencia
jugar a perderse
a paladear esa humedad que brota perfumada
más allá de la ciudad
que duerme la siesta de las cuatro.

Amar sus ojos
el brillo mortecino
abrir las alas
volar desde lo alto para invocar su nombre
navegar sobre la espuma del mar
pescando la esperanza
sentir en la lengua
el sabor salado que escurre por la cara.

A veces
tembloroso la busco urgentemente
diez segundos nos bastan para atrapar cometas
nos bastan para probar la carne
el silencio desnudo
la piel de siempre
la luna que se esconde entre las nubes cuando llueve
la nostalgia que nunca termina de cocerse

La media noche me recuerda el triste canto de los grillos
el croar de las ranas que habitan en el patio
la espalda fría recostada en el mar de la melancolía.

Ayer
solté una paloma
para que buscara una morada en donde guarecerse
un suspiro que volviera a ella
sin que doliera demasiado
un manifiesto de ángeles caídos
con las dudas de siempre
envuelto entre conciencias atrapadas
y unas ganas tremendas de abrir las cordilleras
para encontrar las ventanas que abrirán al mundo.

La he bebido
como una taza de café a las diez de la mañana
para sentir
el luminoso sabor de la negrura
la hermosa existencia
de un ser sin paraíso.

© Roberto Roséndiz Carmona

Poema de Nélida Isabel Serra


IMAGEN

Los muros aún conservan
... el color ocre
. gastado de soles
.... de lluvias
..... de vientos.

En el fondo del patio
la estatua melancólica
... extraña el agua fresca
..... sobre el mármol poroso

y las piedras del camino
... bailotean jadeantes
..... bajo mis pasos.

Morada de días jóvenes
las horas acechan detrás de tu sombra
... húmeda por la hiedra
..... que no desiste en abrazarte.

Los balcones desnudos
saludan en silencio
y dejan escapar un bostezo aburrido
....... entre rejas oxidadas.

Vuelvo a pasar frente a tu puerta

soy la mariposa que no sabe fingir
... que envejece con vos
........ con tu cansancio.

©Nélida Serra
Foto: Gustavo Tisocco (Jardín Botánico de Buenos Aires)

18.7.07

Poema de Ana Emilia Lahitte


LOS CHICOS DE LA CALLE

Oh, niños asesinos, oh salvajes antorchas.
Cortazar


Ragazzi di vita
los llamó Pasolini
con su piedad adversa
desollada.

Y nos los deja así
sin otra identidad que la mugre
y la llaga.

Debajo
del abrigo de su costra de escaras
-cristos breves-
los chicos de la calle
no saben todavía que su sombra atrapada
crece
para la
historia de la infamia.*

El dolor
nunca es niño.
Y en ellos ni siquiera es dolor.

Es una humillación
de la esperanza.


*Borges

© Ana Emilia Lahitte