30.5.07

Poema de María Rosa León


Demasiada paz

Esta ciudad
tan pequeña
y apacible,
casi mágica
y sin edad,
es el lugar
de mi actual
residencia
en la tierra,
mi cuartel general
y mi base de operaciones.

Pero a veces
me agobia tanta paz
y debo salir
para enfrentarme
cara a cara
con la guerra.

©María Rosa León
“Textos y pretextos”

Poema de David Rosario Sorbille



A Arturo Jauretche

Viejo luchador
sin dobleces,
alta la mirada
profunda e intensa,
firme como una lanza
desbordante de pueblo,
bravío y leal
a una sola causa,
palabra y gesto
que nunca se apartó
del verdadero camino,
y aún resuena
llamando a la memoria
en las campanas
de su bronce.

©David Rosario Sorbille
De “Crepúsculo intenso”

Poema de Camilo Valverde Mudarra



EXIGUA MUERTE


La niña inmóvil brota hilos de rosas
que recorren su muerte pequeñina;
el odio cruel de ráfaga dañina

roció su tenue sangre por las fosas
de exigua muerte.

El temblor de infinitas impotencias
agrieta las esquinas de la mente,
cuando, por intereses insolentes,
las insidias retuercen las vivencias
de tierna muerte.

En sus profundas simas, las conciencias
con duro llanto, claman hondo y fuerte
incisivo dolor de mala suerte
que rapta con desgarro las querencias
de exigua muerte.

La sangre de conflictos veleidosos
denuncia los abusos insistentes,

y el lucro de poderes prepotentes
que medra con los ojos ya vidriosos
de tierna muerte.

Los astros acudiendo conmovidos,
exhalan gritos rígidos al alba;
negras y rojas lágrimas del alma
resquebrajan los cielos compungidos
de exigua muerte.

No asistieron los hijos de los hombres,
estaban en sus guerras y sus riñas;
cegados de avaricia y de rapiñas,
los fatuos no supieron ni los nombres
de exigua muerte.


©Camilo Valverde-Mudarra y Carrillo

29.5.07

Poema de José Emilio Tallarico


MUCHACHO QUE RÍE EN EL VACÍO

En su carne pulsátil la energía opera turbiamente.
Hay un grotesco sin finalidad en ese movimiento
rotatorio de brazos y piernas.
(“Parálisis cerebral”, 18 años como mucho:
usan un cochecito de bebé gigante para sacarlo a la vereda.)
Soy él cuando lo miro y considero su desplegada humanidad.
Soy él. Papo moscas con él. Hurgo en el aire.

© José Emilio Tallarico

Poema de Cecilia Ortiz


SIEMBRO


Quiero aprender de las espigas
.......................... -ritmo del mundo-
a olvidar
la falsa armonía de mis altivos hermanos
¿mi libertad es similar a la de ellos?

mis zonas tormentosas vaticinan
.................................... (ya no creo)

Me hiere el sol y la niebla
.................................... confunde
-debo cazar respuestas verdaderas-

¿dónde voy en medio del día que bosteza?
la distancia hace alfabetos
............ -la memoria relámpagos-

Alguien............ (sostiene manos doloridas)
........... denuncia ante silencios.

Libero la voz
........... y siembro a su lado.


® Cecilia Ortiz

Poema de Nélida Isabel Serra



DESAYUNO

Apago el farol
en las manos amigas
de un amanecer distinto
.... colmado de tiempo impaciente
...... que irrita mi calma.

Quedó atrás
la oscuridad monótona
de una noche
.... ligeramente atada
a la estupidéz de mis sueños.

Por la ventana
mi mirada se escapa
...... y entusiasmada
se desliza atravesando el campo
encerrándome en un laberinto
............................. sensual
.............. que recorro sin prisa.

En el jardín pincelado de rocío
el canto de los pájaros
juega a esconderse
.... detrás de la alameda
....... dejándome en silencio/
..... a solas/
con un sorbo de café
.... entibiando mis labios.

En un instante
se vestirán de dorado
las sombras expectantes
...... y esa emoción
alentará a mi espíritu
....... para iniciar el día.

© Nélida Isabel Serra

27.5.07

Poema de Edna Pozzi


La muerte puso en claro el inventario
y de fugaces rosas, de discordias inútiles,
de fatales errores, quedó ese ángel
disparado al sueño.

Y por algunas horas, el cuerpo inerte
con las manos rotas.

Y tú ofendido, silencioso,
terco.


©
Edna Pozzi
De “ El gesto de la soledad”

Poema de Esther Pagano


VIRUS

Un par de
zapatos rojos
en la feria de la veda
maduran la piedra
que cuenta mis dedos
y los callos de mis plantas...
pero ellos
trasladan mis provincias
lejos
de los seres humanos.

© Esther Pagano

Poema de Jorge Boccanera


Oración para un extranjero

VI

Lluvia,
somos dos extranjeros,
mi nombre como el tuyo es una travesía,
un deambular por puertas cerradas para siempre.

La gente entra en mi sueño como por otra casa
y tus breves colores se deshacen contra el olvido,
pero ya lo sabemos,
no hay nada que tratar con su navaja,
nada que preguntar en sus regiones.

Lluvia,
somos dos extranjeros,
nos separa una herida.

© Jorge Boccanera

Poema de Graciela Maturo


Del agua danzante

.......a Fray Domingo Renaudiêre de Paulis

Agua lejana y jubilosa,
danzante entre las viñas.
Agua adolescente de espumas
plena de sí, riente,
hecha de la sonrisa de un niño
agua que se deshacía por amor
como un rosario de perlas.
(Como el sol te entregabas a la vida:
de tu cuerpo nacían seres nuevos
con cabellos de miel).

© Graciela Maturo

26.5.07

Poema de Marcela Predieri


NADIE ME VERÁ DE ESPALDAS

Huérfana de cautela o ceremonias
voy hacia el génesis

Ya no hay razón para maniatar al grito
atrincherar la verdad tras una mueca
ser escrupuloso títere del hambre
un selecto imbécil del silencio

Por eso me revelo
trasmuto con terquedad de hormiga
todo antiguo anonimato

La mano del juego comanda los destinos
y me invita a no irme al mazo

Hay cuatro barajas sin jugar
una es la muerte

© MARCELA PREDIERI

Poema de Lidia Rocha


Profanadores de tumbas

..............para Susana Szwarc


Y si tu belleza está encerrada,
cavaré con las uñas, seis metros de arena hacia a lo hondo

La yema mi dedo (manchada de tinta)
acaricia siglos.
Saqqara

Laterales me miran los dioses:
brillante Maat
los cuatro hijos de Horus, sus cabezas de halcón
Rasgo dinastías
-la verdad, el equilibrio-
madera de sarcófago
así me beberé tu esencia desvestida
revelarás tu santo y seña
no habrá secreto

te libraré el pecho de turquesas, amuletos
(que no te protegen de mi ojo
de la uña del índice)
quitaré las joyas,
las vendas de lino negro

y quedaré atónita frente a la materia

un cuerpo muerto
un frío
y no habrá otro, no
sólo mi alma desolada viva
al sur de El Cairo

© Lidia Rocha

25.5.07

Poema de Alda Salzarulo



SOLEDAD.

A los solos,
La soledad adulta no nos
duele.
Pero anoche fue tanta...
Tan extrema...
Tan desnuda...
Tan cierta...
Anoche fue el despojo de toda humanidad.
No hubo pozos, cavernas,
No hubo nadie...
Solo mi soledad,
Tan sola.

© Alda Salzarulo

Poema de Rolando Revagliati


No la conocí bien

No la conocí bien, pero en su caso
me sirvió para imaginarla perfectamente
tan resuelta, tan firme acercándose
en las oscuras noches de lluvia a mi cucha

reconociéndome hombre aun allí
y quedándose.

© RolandoRevagliati

Poema de Leonor Silvestri



Larala

cruzo ciega los recuerdos
vivir en ese estado
perder la vista
como quien el celular

esperando en la vereda
las sirenas sonar
una noche más
es suficiente

cuando pensé
todo se derrumba
vino esta música a salvarme
larala
esperando en la vereda
las sirenas cantar
cuando pensé
yo me mato
colgada
la lámpara del techo
apareció un nuevo orden
un amor adolescente
como los 15 años
que digo, no,
los 12.

© Leonor Silvestri

Carta de Daniel Grad


CARTAS - CCCXX. (incluído en TRíPTICO - XII / SEPTIEMBRE - 2002)

........... Ella se esconde. Le dijeron que no debe dormirse para evitar morir, pero sueña. Su almohada está agusanada y es noche infinitamente. Viajera alucina. La velocidad hace que todo paisaje aparezca borroso. Por las banquinas puede descansar nuestra carne, un perro moribundo, esa tetera cobijando lo efímero que tiene (como borra de fantasmas) dentro del vientre.
...........
Ella se esconde (y sólo eso mantiene en pie su fuego).

© Daniel Grad

Poema de Cristina Pizarro


LA INTENSIDAD DEL INSTANTE

Perdurará tu cuerpo en la distancia,
en un tiempo perdido.

Quedarán las lágrimas,
la imagen de aquel árbol.
Cuando se unan los días y las noches,
tu cuerpo será una sinfonía irisada.

En el conjuro de las voces,
detenidas en un muelle quebradizo,
me hundiré con pasos lentos en el río.

Con los ojos vendados por las nubes
le preguntaré al viento por aquellos lugares desconocidos.

Regresaré al paisaje afiebrado
de esos fuegos enterrados.

Volveré a merodear por tu mirada;
ya no seré más una prisionera de esta tierra.

Me alzaré hasta las llamas más altas
y mis huellas se unirán a las brasas invisibles.
Ese cuerpo voraz que fuera mío,
me abrirá su boca de extraviadas y errantes palabras.
Arrastrado por la vorágine del azar
resplandecerá
desde la espesura de las noches solitarias.
Y quedará en la memoria,
en el milagro y desvarío.

Desde lejos oiré el torbellino de la lluvia.
Esos labios cercanos lanzarán gritos de esperanza.
Esas manos seguirán tejiendo alfombras viajeras.

Atravesando países extraños
estaré entre reyes y mendigos.

Un prodigio sin fronteras.

Sólo tú sabrás que cada noche
atravesaré las aguas frías,
cruzaré los montes de araucarias,
treparé por las colinas alumbradas
y llevaré un farol a nuestra casa.

Allí me esperarás, cobijado en la buhardilla,
donde aún fluyen gotas de sangre.
Las lágrimas serán un sortilegio derramado
por senderos indescifrables.

Esta somnolencia hundida en las tinieblas
abandonará la noche vacía de mi alma.

Digo adiós a las flores secas,
a los brebajes secretos,
a las voces anidadas en el mercado del tiempo.

Vuelven los gorriones de mi infancia.

Y en esa fuga inasible de los días
mi cuerpo se interpone entre los mares y la tierra,
mi corazón se desgarra entre el desierto de la luna y el fulgor de cada beso.

La casa tiembla ante el tumulto de los muebles, los trajes y vestidos;
los vasos, las tazas, las cucharas serpentean por esta isla
donde caen los rostros convertidos en sombras de mármol.

La furia de los cuerpos invade
el infierno amenazante.
Retorno a tu corazón, a tus caricias,
en este instante en que estoy viva.

©Cristina Pizarro

Poema de María Malusardi


tristeza de cuerpos infantiles en la palabra
no saben los padres:
entre la nieve y la teja la muerte
es un poeta umbilical
inacabado

© María Malusardi
Foto: Gustavo Tisocco (Colonia del Sacramento -Uruguay-)

24.5.07

Poema de Marta Pimentel Álvarez



Ella está entre nosotros

En los platos, en la cocina.
Vive dentro de mis medias
Y las contemplas estando limpias.
Ella transita con el sol a pies descazos
Por la casa que comparto con su risa.
Ella entibia cada olla y la recubre
De hortalizas.
Ella es tiempo, espacio, madre,
La sultana y la amiga.
Ella finge ser ajena a mis poemas
Y se filtra entre renglones
Que me riman.
Ella es don, ángel supremo
Que se cuelga del silencio
De los dioses que la miman.
A ella debo mis suspiros
Por ella vivo.
Ella tiene cual banderas mis delirios,
Y yo apenas si pudiera darle un hijo.
¡Quién quería tanto, tanto
Como ella esta pobre
poesía dando vueltas!
Ella es todo:
Tierra, agua, fuego, aire
Entre mis venas.
Ella tiene mis iniciales por emblema
que se cuelga justa al cuello
como propio.
Tal vez, el día que ella quiera
con el codo y de un soplo
quede yo en el olvido,
pero, si es por ella
llevo todo lo vivido,
muero en calma y resucito.
Porque ella está en el canto de los pájaros
Y es de ella este cuadro que le pinto.
Mientras duerme a mi costado
Le recito y su pelo tan plateado
acaricio.
Ella, y no la otra,
Lo ha querido
El que lleva el calendario ya escrito.

Ella es la que me sueña,
Mientras vivo,
Ella es la que me ama sin motivo.
Ella es, y no la otra,
Lo ha querido
Ella misma una noche de alaridos,
Cuando el cuerpo calaba en el vacío
Y el alma agonizando rompía en llanto
Sin destino.

Ella tiene mi alma puesta por la suya,
Y mis huesos por los suyos,
Y mi sangre por la suya.
Su camino es mi camino
Ella entera de frente da lo mismo
Llamar ángel, mortal o infinito.
Tiene todo entre sus manos
Lo he sabido
Cuando en sueños delirados
Me he ido
A la esfera del Maestro que respiro.

© MARTA PIMENTEL ÁLVAREZ

Poema de Mary Acosta


Cristales rotos

Cristales rotos profanan mi bohemia disfrazada.
No puedo moverme.
Señalan mi pasado.
Devoro mi última carcajada lanzada en un grito.
Coloreo el fin, con múltiples rostros,
delineando el hueco del olvido.
Busco la grieta por donde escape la locura,
atrapada en nudos de un tiempo suplicante.
Verbos paranoicos movilizan los cristales rotos,
degollando a la muerte sobre una cruz,
mientras una luna seca en cuerpo presente
no deja de mirarme.

© Mary Acosta

Poema de Carlos Kuraiem


Diálogos con ella


- Este poema es el de anoche
desnudos en la cama
tu piel blanca junto a mi piel oscura
hacían un hermoso contraste
de cuerpos de razas perdidas
hacia atrás en el tiempo
como el orígen del amor ...

© Carlos Kuraiem

Poema de Erika Martínez Rodríguez


Donde el mar pierde el nombre


Buscaré un horizonte llano
donde el mar pierde el nombre,
y mira
y calla
y duerme.

Me sentaré al borde del camino,
me quedaré observando soledades
misterios escondidos,
silenciosos puertos.

Esperaré un barco rumbo al infinito
cuando el mar se haya calmado,
bailaré con el viento mi mejor tango
a los ojos de la luna,
las estrellas,
el cielo.

© Erika Martínez Rodríguez

Poema de Eduardo Quintana


Soga

Vi una sombra entrecortada,
queriendo ascender hasta el cielo,
llevaba una pluma ajustada,
a las sombras amargas de los vientos.

Visioné una tierra mansa,
un grito lejano,
que descargaba rabia,
en las profundidades más
distantes de la vida.

La soga seguía subiendo,
llevaba ahora a un humano libre,
desprendido de la Tierra,
llorando y cantando a la felicidad.

Un hombre que estiraba a la soga,
así está ahora, desprendido
de su cuna, para vivir.

© Eduardo Quintana


Poema de Anamaría Mayol


PALABRAS GOTAS


Camino
sobre la sombra del bosque
los pies desnudos

donde la tarde nace
y muere el horizonte

Acudo a los aromas de la tierra
descifro su lenguaje
ancestral
hundiendo mis raíces
en el núcleo del viento

vuelvo en lluvias
...................me detengo

con las palabras gotas

en un poema

que nos nombre


© Anamaría Mayol

23.5.07

Poema de Paulina Vinderman


El buzón


Detrás del vidrio el buzón se comporta como un testigo mudo.
Jamás podrá hablar de este íntimo mensaje, escrito

en la galería de la cordura: una flor helada
................ (como los reproches)
creciendo en silencio hacia un enigma.
Hay un imán en el papel, un espejo,
una confianza translúcida avanzando con la tarde.
Va en busca de la noche, de su palidez de claustro
en la aventura de encontrar la historia:
esa guitarra que nunca toqué, la voz del coro, no la mía.

Nunca vi a nadie echar una carta en ese buzón.
Y yo podría hacer de la espera de ese gesto
la tabla de salvación, podría convertirlo en un destino.
Una rebelión más confiable
que mis golpes contra las paredes en hoteles de paso
y la promesa renovada de borrar mi nombre.
He vivido, de gestos como éste,
he sido cómplice de animalitos huraños
que sólo me daban su aliento aferrados a lo real

como una ráfaga oscura.

© Paulina Vinderman

Poema de Raúl Pignolino


Ella
Prometía volver

En los otoños amarillos
A la perseverancia de los objetos
Arrumbados
Detrás del mundo

© Raúl Pignolino

Poema de Clara del Carmen Guillén


SEMILLA


Llámame como quieras
mi nombre no se agota
no se cansa
llámame sol
oriente
occidente o primavera
tierra o mar
vientre infinito
y yo te buscaré desde el poema
desde donde me llamas
para cantarte

para estar contigo y renacer
llámame ............... semilla.

© Clara del Carmen Guillén
del libro "Bajo el Peldaño"

Poema de Ricardo Rubio



PARA FINGIR UN DESTINO


En medio de la ráfaga que huye del reloj
... agito las manos para abrigar el desatino.
No son más que piedras
... donde hay excesos de luz para la risa.

Vago secretamente
... a pura sombra de golpes en la nada,
de coces tremendas, de finitud.

Acaso una vigilia dedicada a la destreza
... prodigue aires de restauración
o versos prisioneros de las razones que encierra.

Puro invisible,
esta materia que inhalo.

© Ricardo Rubio

Poema de Ramón de Almagro


Poema del Olvido

Tú puedes olvidar y los recuerdos
Se pegan a mi piel, son un castigo

Tú puedes olvidar, yo sólo vivo
Añorando el querer que se ha perdido

Tú puedes olvidar y a cada noche
Mil vueltas yo le doy buscando olvido

Tú puedes olvidar. ¡Ay si pudiera!
Olvidar como tú... sin un suspiro.

© Ramón De Almagro

Poema de Salomón Valderrama Cruz


Poeta

.....Debí correr no Cielo entero:
.....Oro de amor, loco, obrero
.....Invisible en Mundo, aparecido
.....En Sur que me deshiela...

Cuando nací morí primero,
Cuando morí viví un segundo.
Primero y no un segundo viví:
Animal, poeta puro.

Músico del futuro frío...
Iluminado, inclemente crío.
Pintor, escultor lúgubre de río:
Manumisor de Sonido.

Reinar escándalo, Comedia,
Disipar belleza que transtorna.
Vivir: Tocar a la que se transforma.
Constante e irredenta.

Crepitaciones te consumen
Poema, laberinto de ciego.
Poesía: Lumen que penetra himen.
Enigma del supere ego...

© Salomón Valderrama Cruz

22.5.07

Poema de Carlos Barbarito


Así el canto, los perfumes, el óxido,
los goznes, los imanes, el malvón, la sudestada,
el teorema, el melodrama, la letanía

Así las abejas, lo traslúcido, el hacha,
un río verde y otro rojo,
la desnudez, el litio, la risa, la penitencia

Así cada romance y cada muslo,
el temeroso andar por lo oscuro,
cuanto sangra o exuda, el éter, la pezuña,
vigas, labios, reflejos, pabellones.

Lo que reúno aquí y en otras partes,
someto al fuego, a tensión y presiones
para que nadie logre saber qué eran,
de qué estaban hechos,
cuáles eran sus formas originales

¿Y todavía espero ser reconocido,
obtener salario por ello?

© Carlos Barbarito

Poema de César Carbache Mora


CAMINO POR LA CIUDAD
de los silencios
encarno pasos
............... memorias
todas las voces me hablan
hay ecos que se marchitan
en las flores olvidadas
mi ser se multiplica

solo el calor del sol
me dice que aún
no soy poema.

© César Carbache Mora

Poema de Fernando Trejo



Sin nada que no sea yo

Si muero hoy
quiero saber quién diablos morirá mañana

Si en este país tan libre de palabra
o en una carta ansiosa de leerse

Quién tendrá la máscara en la espalda
para no verse los huesos
tras el cristal del féretro

Si la lengua se dobla con la carne
si la sangre h u y e de la herida

Por qué encerrarme en este vaso de cristal lleno de soles

Voy a morir mañana:

Una bala me sueña
desde hace varios días

© Fernando Trejo

Poema de Amado Storni



SOÑÉ BESARTE

SOÑÉ besarte y mis labios
se encontraron con tus labios.
Soñé besarte
y al soñarte descubrí
que la soledad es un traje hecho a mi medida
y que mis labios,
ingrávidos de besos,
morirán en el deseo de llevarse a la boca
todos esos labios que soñé besar.

Soñé besarte
y al soñarte descubrí
que la vida es solo un sueño
y morir es despertar.

De todos esos sueños
que caen como semilla en suelo pedregoso
son de los que sin querer
el Hombre se enamora.

© Amado Storni


Poema de Nilda Barba


¿estás despierto?

sucede la sed
los ángeles cabalgan en la copa
tiritan la garganta
sorben
traspasan
tos que vuelve
a expulsar una estrella
olas ondean los siete mares
cormoranes y albatros
una inminencia
viento
túneles de sonido
sucede un copo de fuego
un santuario en las estepas

¿estás despierto?

© Nilda Barba

21.5.07

Poema de Ana Emilia Lahitte


LA JAULA

Quién soy
sola de mí para violarme
con verdades ajenas
si aún las propias no han sido
deslindadas.

Quién se interna
en la palma de mis manos
luego de cercenarlas.

Quién me vacía
huye y no regresa
sin despojarme de la amarra.

Quién seduce
mi cólera
penitencia incendiada.

Me atrevo a liberar en mis arterias
los ángeles salvajes
que fueron propiedad natal
del alba.

Enclaustrada
en una libertad que me condena
a su sed cavernaria
abruman las respuestas.

Entreabro la jaula.

© Ana Emilia Lahitte
De "Insurrecciones"

Poema de Ramón Fanelli


....Para ocultar tus ojos
construí montañas
pero así y todo
te veo en cada amanecer.


© Ramón Fanelli
De “Tocador de realidades”

Poema de Piero De Vicari


ANTES, LA PALABRA

Antes, la palabra
aparecía en mi boca
como el café en un tazón con leche.

Mezclada, salía a caminar por mis dientes
y era un líquido que pasa
en un oleaje de adiós interminable.

Presta ya, se embebía de obsesiones
de oficios impuros
de raras alegorías
hasta ceder
en la feroz intransigencia de mi lengua.

Entonces, el desayuno olía a pan,
a brote de uva en las narices.

Antes, la palabra
era el café, era el tazón, era la leche,
era mi boca
en un solo fluir de rastros,
saciada de nombres, de días encumbrados,
de dedos fornicando su augusta soledad.

Antes, la palabra, era …
hasta que llegó tu cuerpo
y se robó de golpe
la única lámpara
....................
que encendía el idioma.

© Piero de Vicari